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Mago K - Jorge Tobón
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procusto

La medida perfecta de las cosas.

Es la historia de tres magos que practican sus trucos en una bodega clandestina de una ciudad clandestina. Su poder les permite hacer aparecer y desaparecer personas a su antojo. Pero ahora el truco final será crear al monstruo que tenga el honor de llevar el nombre de Procusto.  Es una visión simbólica y muy traída a la contemporaneidad del relato griego de Procusto. Tal y como lo cuenta el relato, la obra se detiene en quién y en cómo es que hacemos para estirar o recortar el mundo de acuerdo a la medida que cada uno de nosotros tiene de ese mundo en el que vive inmerso.

DURACIÓN: 1 hora

ESCRITA Y DIRIGIDA POR: 

Antonio Usuga Monsalve

REPARTO

Milthon Araque, Sebastián Rivera, Daniel Bustamante, Omar Hernández, Fredy Morales, Julieth Ospina, Alejandra Ciceri, Sareth Tanus, Daissy Vera.

DISEÑO DE VESTUARIO

Alejandro Berrio.

DISEÑO DE LUCES

Felipe Ortiz

LUMINOTECNICA
Isabel Montoya



 

COMUNICACIONES Y FOTOGRAFIA

Andrez Zuluaga

Myster E

 

ESCENOGRAFÍA

Ramón Pérez

MUSICA ORIGINAL

Jorge Tobón

Fotos: Andrés Zuluaga.

Fragmento

Procusto

"La medida perfecta de las cosas"

ACTO III

"Mi lugar favorito cuando se trata de contemplar el mundo"

 

 

Mago B:

 

Este es mi lugar favorito cuando se trata de contemplar el mundo. Hasta ayer, mi criatura sólo podía mover el dedo anular de la mano derecha. Esta mañana ya dijo su primera palabra: papá. Es tan conmovedor. No sé qué opinas de los hijos. Yo pienso que son lo más importante en la vida de cualquier humano. Es más, has visto la relación de los animales con sus crías. La de los felinos, por ejemplo. La de los gatos domésticos, para ser más específicos. Es conmovedora. La gata es tal vez de los animales, la más celosa con sus hijos. No permite que nadie los toque salvo ella y el que ha sido su dueño. Es una relación conveniente y enfermiza. Cuando el hijo gatico, que se llama cachorro, se va de la casa, a los pocos días la mamá gata pierde toda noción sobre él y lo olvida. Como explicártelo. Ah, ya lo sabes. No importa, me gusta mencionarlo una y otra y otra vez. Recuerdas que anoche, más o menos a esta misma hora tuvimos esta misma conversación. Yo te dije: las gatas, cuando son mamás y sus hijos, que se llaman cachorros, se van de la casa, sólo es necesario que pasen dos o tres días para que ellas olviden que son madres. A demás, cuando la gata pare por primera vez, después de esa primera experiencia maternal, ella se hace la mejor de las cazadoras del mundo animal. Eso no lo digo sólo yo. Lo vi en un especial de televisión sobre animales cazadores. Dijeron que la gata está en el primer lugar. Sí, en el primero. Quién lo diría. Dijeron también que es la necesidad de buscar el alimento lo que la hace excelente cazadora. Alimento para ella y para sus hijos. La necesidad de sobrevivir. Como esa gata que tuvimos cuando éramos niños. Era un animal pequeño y esquivo. Le gustaba perseguirte por la casa y morderte los pies. De vez en cuando salías corriendo por el corredor y cuando te escondías, ella corría detrás de ti hasta lanzarse encima y clavarte las uñas en el pantalón. Estoy a punto de hacer un experimento. Qué pasaría si en vez de estas uñas pongo unas uñas de gato. Y si construyo unas alas con los restos de mil gallinas. Unas alas. Como los ángeles. Podrías ser el primer ángel creado en la tierra. Una labor propia de una criatura nacida después del séptimo día. El lunes es el octavo día aunque muchos lo consideren el primero, laboralmente hablando. Técnicamente es el segundo. El domingo nació primero. Nació dormido y con ganas de seguir durmiendo. El lunes es un día para contemplar el sol desde una bodega. El martes es esquivo, le gusta amamantarse, incluso ahora que es anciano. Del miércoles no hay mucho que decir, salvo que es un día mudo y que le teme a la muerte. El jueves es un día para comer toda la carne que quepa en un estómago pequeño, como el tuyo. El viernes sabe a cáscara de limón y un poquito de sal en los dedos. Y el sábado nació para legislar: es el día de la celebración de cualquier nacimiento. Por eso tu día de nacimiento se hará un sábado a las tres de la tarde, después de almuerzo. Es necesario pensar en esos detalles. No se puede ir creando hijos sin saber esas minucias. Como, por ejemplo, lo que voy a almorzar antes de verte nacer. Ese día quiero comer costillas. Es mi especialidad. Me gusta ver la salsa derramarse en esa carne mientras los huesitos todavía sueltan el humo del fogón. De sobremesa prefiero agua. Es el mejor catalizador para cualquier tipo de sabor pasado por el paladar. Y de postre, de postre, de postre, mierda, de postre quiero una fruta en almíbar. No sé qué fruta prefiero. Pudieran ser brevas o duraznos en rodajitas. La que sea. El sólo hecho de mencionar la palabra almíbar me hace desearla. Es tan almíbar la palabra almíbar. ¿No te parece? Ah, quieres que sea tu segunda palabra. Yo también lo quiero. Es más, puedes aprenderla desde ya. Sí, dila. Tranquilamente. A ver, dila. Repite A L M Í B A R. Muy bien. Vamos muy bien. Sabías que técnicamente el almíbar, es decir, esa disolución sobresaturada de agua y azúcar, puesta al calor hasta que comienza a espesar... Para cuando abras los ojos ya sabrás decir la segunda palabra: almizcle. Perdón. Almíbar. Aunque, pensándolo bien, almizcle podría ser tu tercera palabra. Perfecta para el momento en que abras las alas y vueles. Cuando veas el mundo desde arriba podrás gritar: papá almíbar almizcle. O, papá almizcle almíbar. No importa el orden en que lo pronuncies siempre y cuando sepas dónde va la palabra papá. No es difícil entenderlo si comprendes por ejemplo que la í con todo y su tilde en la palabra almíbar es lo que la hace digna de pertenecer a nuestro diccionario. Mírala bien. Parece una palabra a punto de arrojarse al abismo. Como si viera desde la punta de un acantilado al lugar al que se va a arrojar. Lo que pasa es que esa palabra almíbar tiene unas alas que no se hicieron para volar. Como las gallinas. Pequeñas alas para un cuerpo grande y muy gordo. Muy gordo. La i con todo y su tilde es un ala diminuta en la mitad de una palabra tan grande como ella misma. 1-A 2-L 3-M (Í: ala ) 1-B 2-A 3-R.

 

 

Dibujo un animal con una ala en la mitad.

 

 

Distinto a lo que pasa con almizcle. Almizcle o el nombre dado originalmente a un perfume obtenido a partir de una sustancia de fuerte olor, segregada por una glándula del ciervo almizclero, y a partir de aquí aplicado a otros animales, y también plantas, con un olor similar. Almizcle o las proezas del amoníaco. Amoniaco: gas incoloro de olor muy penetrante y nauseabundo. Se produce por vía natural o por descomposición de la materia orgánica y también se fabrica en industrias como estas. Se disuelve con facilidad en el agua y se evapora tan rápido dejando la sensación de no haber existido jamás. ¿Cómo es posible volar con una sola ala?

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